Ajedrez

lunes, 10 de marzo de 2008


EL AJEDREZ

Es un juego de mesa para dos personas. Más precisamente, es un juego de guerra, perteneciente a la misma familia que el xiàngqí (ajedrez chino) y el shōgi (ajedrez japonés). Se cree que todos ellos provienen del chaturanga, que se practicaba en la India en el siglo VI.
Es uno de los juegos más populares del mundo. Se considera no sólo un juego, sino un arte, una ciencia y un deporte mental. Esto último es muy apropiado, dado que se juega a menudo de forma competitiva. La enseñanza del ajedrez puede ser útil como forma de desarrollar la mente. El ajedrez es jugado tanto recreativa como competitivamente en clubes, torneos, en Internet, e incluso por correo (ajedrez por correspondencia).
Por ajedrez se conoce también al conjunto de piezas de este juego, con o sin el tablero.
Se denomina ajedrecista a la persona que juega al ajedrez.


INTRODUCCION AL JUEGO
Cada bando posee 16 piezas con diferentes capacidades de movimiento, que se mueven en un tablero cuadrado de 8×8 casillas, alternativamente claras y oscuras (frecuentemente blancas y negras), también llamadas escaques. Las piezas de cada jugador al principio de la partida son un rey, una dama o reina, dos alfiles, dos caballos, dos torres y ocho peones. Las piezas de los dos bandos se distinguen por sus colores, siendo tradicionalmente blancas y negras, aunque frecuentemente se utilizan colores claros y oscuros o incluso dos colores cualesquiera distintos que no necesariamente tienen que ver con los del tablero. A las piezas más claras, se las suele establecer como las blancas, siendo las más oscuras entonces, las negras. Para nombrar a los jugadores, se suele utilizar también los nombres blanco y negro, de acuerdo con las piezas que conducen.

El tablero debe colocarse de una forma específica al empezar la partida: las casillas del extremo del tablero situadas a la derecha de los jugadores deben ser de color blanco. En el ajedrez tradicional, las piezas se colocan también siempre de la misma forma al principio de la partida: en las primeras filas del tablero (las más cercanas a los jugadores) se colocan las piezas mayores (a menudo simplemente llamadas piezas para distinguirlas globalmente de los peones). Estas piezas se sitúan en el orden torre - caballo - alfil - dama - rey - alfil - caballo - torre yendo de izquierda a derecha para la blancas y de derecha a izquierda para las negras (o sea, damas y reyes deben quedar enfrentados en una misma columna). Los peones ocupan la segunda fila de cada jugador. Hay variantes (poco frecuentes en la práctica) en las que la situación de las piezas en la primera fila puede aleatorizarse (Ajedrez aleatorio de Fischer).


El ajedrez no es un juego de azar, sino un juego estrictamente racional. El desarrollo del juego es tan complejo que ni aun los mejores jugadores (o los más potentes ordenadores existentes) pueden llegar a considerar todas sus contingencias: aunque sólo se juega en un tablero con 64 casillas y 32 piezas al inicio, el número de posibilidades que pueden lograrse excede el número de átomos en el universo (véase Número de Shannon).


Se juega por turnos. Cada jugador intenta obtener ciertas ventajas en su posición, que frecuentemente consisten en la captura de las piezas del contrario (ganar material). Sin embargo, la victoria en el ajedrez no se obtiene mediante la captura de todas las piezas del contrario. Por el contrario, en numerosas posiciones la partida queda empatada (lo que se conoce como hacer tablas), a pesar de que uno de los jugadores ha perdido todas sus piezas (salvo el rey) mientras que el otro aún mantiene piezas o peones. En realidad, la victoria sólo se puede obtener mediante jaque mate o mediante abandono de uno de los jugadores, al encontrarse en posición claramente desesperada.


En caso de que ninguno de los contrarios abandone, gana el jugador que consigue atacar al rey del adversario con alguna de sus piezas sin que éste tenga escapatoria, lo que se conoce como jaque mate. El número de piezas que cada jugador haya conseguido capturar o que le hayan capturado es intrascendente una vez se ha logrado someter a uno de los reyes. Por tanto, capturar las piezas del contrario es efectivo simplemente porque disminuye su capacidad de darnos jaque mate y aumenta las opciones que tenemos de darle jaque mate nosotros. No se debe sin embargo minimizar la importancia de aventajar al contrario en material. Hay innumerables posiciones, especialmente cuando quedan pocas piezas o peones, en las que un solo peón de ventaja es suficiente para garantizar la victoria con un juego óptimo.


La pérdida por abandono es sin embargo más frecuente que la pérdida por jaque mate, especialmente entre jugadores avanzados y en torneos. La razón es que es frecuente encontrarse en posiciones en las que el mate es inminente o las pérdidas de material son tan importantes que la partida está inexorablemente perdida frente a un jugador suficientemente experto. Por ello, el abandono se considera una muestra de respeto al contrario y, en cambio, forzar el alargamiento innecesario de la partida, hasta que se sufre jaque mate, una muestra de mala educación.

No hay comentarios: